sábado, 20 de septiembre de 2014

Hacia la desintegración de las TIC en el aula

Las TIC de la mayoría de mis colegas huelen a Aula
 y a Biblioteca polvorienta.
La ventaja sublime del equpo móvil es la desescolarización.


Mientras la nueva empresa y nueva oficina se desTIClan y equipan a sus empleados con equipo movil  y herramientas gratuitas, la nueva escuela seTICla y equipa la sala de clase con equipo pesado-inmovil, y a veces móvil.


Se pierde tiempo y dinero en la habilitación del aula para dar cabida a los cachivaches electrónicos. Para el uso de dichos cachivaches en educación, lo menos que se necesita son aulas, con o sin pupitres, con o sin estudiantes. Para el uso de las TIC en educación, mientras más lejos estén los estudiantes unos de otros funcionan mejor y se refuerza el autocontrol del aprendizaje. Contrario a otras tecnologías adaptadas a la educación, las TIC no nacieron para interaccionar con el próximo, en espacios físicos-presenciales, como el aula, la banca y el comercio; sino para interaccionar con el lejano, mientras más lejos, mejor. Los trastos electrónicos modernos tienen suficiente potencia como para sustituir la asistencia a la clase, a los centros comerciales y a los bancos para llevar a cabo transacciones e interacciones virtuales.

Cuando se está interaccionando al lado del próximo, hay una obligación moral desconectarse y bajarse de la Nube. La única forma remota de justificar estos aparatos electrónicos en el aula sería cuando se convierten en contenido del currículo [utilización de la tecnología como 'episteme' -razonamiento lógico/computacional, programación, robótica], y no en un medio. Ni modo. Si el contenido fuera adquirir competencias para el buen uso de la lavadora eléctrica/electrónica, habría que inundar el aula de lavadoras; aunque hay otras formas más inteligentes y menos onerosas para el sistema educativo que inundar el aula de equipos, como ubicar a los estudiantes en los talleres o “laundries” (lavanderías) profesionales.

A diez años distancia de la Web 2.0, se me hace imposible entender la insistencia en llevar las TIC a la escuela y en la formación de los educadores para que las integren en el aula. 
  • El aula no necesita TICs ni PDI, a no ser para impresionar a las Agencias acreditadoras; cada estudiante puede tener una PDI virtual gratuita, en tiempo real, bajo su control y no bajo el control administrativo o docente. 
  • El docente no necesita adiestramiento alguno para utilizar u obligar a utilizar la tecnología emergente pensada como herramienta, a no ser que haya que hacerlo por mandato y prestigio institucional.  Para adquirir dominio de estas herramientas, basta con desaprender y retornar a la infancia, la edad de la intuición y del autocontrol del aprendizaje. A propósito de la tecnología pensada como herramienta de construcción, a quien realmente toca utilizar estas herramientas es al constructor de conocimiento, al discente, y no al docente.
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